Las parejas de mitos comienzan a trabajar a fines de febrero o primeros de marzo en la tarea de construir sus elaborados nidos. En la horquilla de un árbol o arbusto, a cualquier altura entre uno y veinticinco metros del suelo, reúnen líquenes, telas de araña y pelo para formar un inconfundible nido ovalado y cerrado, con un agujero de entrada cerca de la parte superior. Trabajan desde el interior del nido, y cuando está terminada la estructura básica añaden un forro hasta de 2000 plumas y camuflan el exterior con telas de araña.
En la época de cría, los mitos se encuentran en linderos y claros del bosque, choperas y sotos. Al contrario que los carboneros y herrerillos, raramente visitan los jardines. Al llegar el invierno permanecen en los bosques en grupos familiares, recorriendo durante casi todos los días itinerarios muy fijos y recogiéndose a dormir sobre una rama, formando un grupo compacto.
Hay dos tipos de vuelo especial de cortejo; una rápida persecución sexual entre las hojas y otro más lento sólo por el macho. No hay nada que pueda considerarse como canto, pero tienen varias llamadas: un balbuciente «tsirrap», un suave «tapp» y un tenue «tsi-tsi-tsi».
Identificación: Distintiva cola negra y blanca, más larga que el cuerpo; plumaje rosa, negro y blanco; sexos iguales.
Nidificación: Nido cerrado complicado, cubierto con liquen y telas de araña, construido por ambos sexos en árbol o arbusto; pone, de marzo a mayo, de 8 a 12 huevos blancos con pintas pardo rojizas; incubación, de unos 16 días, principalmente por la hembra; los pollos, cebados por ambos padres, dejan el nido tras unos 14 días; vecinos adultos, cuyos intentos de nidificación han fracasado, a menudo ayudan a los padres a alimentar las crías.
Alimentación: Principalmente insectos y arañas; a veces semillas y brotes.
Hábitat: Sotos.
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