4.EL PARDILLO COMÚN
El pardillo común, Carduelis cannabina, es una de las especies más abundantes de nuestra *campiña que ha pasado por numerosas *vicisitudes. Esta ave canora también es una de nuestras especies estudiadas.
Historia
Desde una casi completa desaparición en toda la zona Cantábrica en los años comprendidos entre 1912 y 1940, hasta un resurgimiento que se hace ahora muy notorio, puesto que las pequeñas colonias de cría *proliferan en todas las laderas montañosas.
Su persistente trino ha contribuido a que el Pardillo Común macho sea una de las aves de jaula favoritas en muchas regiones españolas que tradicionalmente se dedican a enjaular toda clase de fringílidos.
En el campo, este bonito macho busca un cantadero en arbusto o seto, aunque a veces puede cantar en vuelo ondulante. La nota normal de vuelo es un *gorjeo rápido, emitiendo también una nota de inquietud «tsuuiit».
Los pardillos cantan incluso en «coro», ya que son aves *gregarias, criando a menudo en pequeñas colonias. En invierno se unen a otros fringílidos, formando bandos para comer, que nomadean por los campos.
Silvestrismo
El silvestrismo comienza por la captura de aves *fringílidas en vivo para seleccionarlas tanto para el canto como para cría. El sistema tradicionalmente empleado es la red de "libro", sistema de captura extremadamente selectivo que, por añadido, y dado que no produce lesiones en los animales, permite liberar sin traumas los ejemplares demasiado viejos, no aptos, hembras, o simplemente cuando no se ha capturado una especie deseada.
Se trata de especies granívoras, en determinados casos migratorias que efectúan la cría en nuestro país. Se trata de especies que en ningún caso se encuentren amenazadas o en peligro de extinción.
Comportamiento
En el suelo se comporta como los demás fringílidos*. Salta al caminar y se agacha más aún al comer, pero también si intuye algún peligro se yergue inmóvil dispuesto al vuelo. Es más tímido y no permite el acercamiento, a no ser durante la época de la reproducción.
Cría
En la época de cría prefieren lugares con abundancia de arbustos bajos que les procuran buenos sitios de nidificación; frecuentan campos de aliagas, brezos e incluso se encuentran en lugares semipelados, en las altas montañas, en los que crecen aquí y allá plantas ralas; también entran en grandes jardines. Ocasionalmente el Cuco deja sus huevos en los nidos del pardillo, pero los pollos de aquél suelen morir a causa de la especializada dieta (principalmente semillas) conque alimentan los pardillos a sus crías. A los once-doce días de incubar nacen los pollos cubiertos de plumón bastante largo y denso de color gris humo. El interior de la boca es rosa, no hay manchas oscuras en la lengua y las *comisuras son rosa pálido.
Durante cinco-siete días la hembra se sienta en el nido para cubrir a los pollos y los cuatro primeros días apenas los ceba, corriendo a cargo del macho la aportación de alimento. Desde el quinto día ceban ambos y, como sucede con otros muchos fringílidos, es frecuente que ambos adultos acudan a cebar juntos. Permanecen en el nido once-trece días. Dos crías son normales en cada estación y no infrecuentes tres. En condiciones favorables pueden encontrarse nidos de pardillos hasta los primeros días de septiembre.
Plumaje
La apariencia del Pardillo Común, es la de un pájaro con el plumaje pardo acastañado, si lo observamos de lejos. De cerca se aprecian bien en el macho el castaño vivo de la espalda, la cabeza grisácea, las rectrices exteriores de la cola blancas y, sobre todo, muy acentuado en la primavera y en el final del invierno, el color rojo sangre o escarlata de parte de la frente y del *píleo y en el pecho. Las alas y la cola son marrones o pardo negruzcas. Las plumas primarias tienen bordes blancos que destacan mucho sobre el general fondo oscuro. El mentón y la garganta son beiges con rayas oscuras, casi negras. Los flancos tienen un matiz beige vivo, sobre el que se ve bien un rayado de color castaño. Las variaciones individuales son considerables, y el desgaste del plumaje puede cambiar los tonos de la coloración. A menudo algunos poseen la garganta casi blanca, y al volar su apariencia es la de un pájaro claro. Los bandos en vuelo alto dan la sensación de estar formados por pájaros con el plumaje en cierto modo blanco plateado. Algunos nos sorprenden por poseer en la cabeza (frente y píleo) y en el pecho un color dorado rojizo. Sin duda, alguna carencia de la dieta alimenticia tiene la culpa de este extraño colorido, puesto que no pocos pardillos que mudan en cautividad pierden el rojo y después de la muda completa de agosto-octubre aparece en su lugar un tono beige dorado.
Las hembras poseen un plumaje más apagado. Falta el color castaño vivo de la espalda y plumas cobertoras de las alas y el rojo de la cabeza y el pecho, siendo este último muy rayado de pardo.
Los jóvenes pardillos se parecen a las hembras adultas en el invierno. Son menos rayados y en las partes inferiores más pálidos y con líneas más finas y menos marcadas. Pronto se distinguen los machos de las hembras, porque aquéllos son notoriamente más castaños en el dorso. En general, el plumaje otoñal de los machos es poco destacado y el rojo de la cabeza y el pecho está a menudo cubierto parcialmente por el beige o gris de las plumas. En todos, adultos y jóvenes, la cola es muy ahorquillada y larga. El pico, corto y cónico, pardo oscuro, con la base de la mandíbula inferior grisácea. Los *tarsos y los pies son pardo oscuros, y el iris de los ojos muy oscuro, pardo negruzco.
Nidificación
La hembra construye nido de hierba y musgo forrado con pelo y lana, normalmente cerca del suelo en un arbusto; pone, de abril a julio, de 4 a 6 huevos azules claro con manchas rojo púrpura aquí y allá; incubación, unos 11 días, principalmente por la hembra; los pollos, alimentados por ambos padres, vuelan a los 12 días; dos crías, a veces tres. La construcción de los nidos empieza casi siempre en la primera o segunda semana de abril, pero ocasionalmente se ven nidos terminados en los últimos días de marzo.
No solamente las parejas viven agrupadas en el otoño e invierno, sino que durante la primavera varias de ellas anidan muy juntas, formando auténticas colonias de envergadura variable que pueden ir desde 2-3 parejas hasta 50 o más. Se posan al descubierto en árboles aislados, pero prefieren arbustos bajos y sobre todo alambradas de cercas. La temporada de cría puede decirse que no comienza con intensidad para esta especie hasta la mitad de abril, y en la primera semana de mayo todas las parejas están comprometidas incubando o terminando el nido. Este, situado en general a baja altura, está normalmente no más alto de un metro, casi siempre a 30-60 cm. y ocasionalmente en el mismo suelo entre matas de hierba. Cualquier arbusto es bueno para anidar este pájaro, pero prefiere el Tojo Ulex donde lo hay y también el Brezo Calluna vulgaris. Generalmente forma pequeñas colonias de 4-12 parejas y ocasionalmente más. Nidos en taludes bajos se encuentran algunas veces, y hay parejas especializadas en anidar siempre de esta forma.
El nido es construido exclusivamente por la hembra, utilizando tallos secos, musgo y hierba. El interior está forrado con pelo y lana, ésta a menudo suelta; también hay plumón y alguna pluma. La puesta normal es de cuatro-seis huevos, pocas veces siete y habitualmente cuatro o cinco. Su color es azul pálido o blanquecino con ligero tinte azulado, manchados con puntos y rayas de tono violeta rojizo, rosáceo, a menudo agrupados en el extremo más ancho. Algunos tienen manchitas moradas casi negras. Otros pueden ser solamente blancos o azules y sin marcas o éstas muy imperceptibles. La puesta es efectuada con intervalos de veinticuatro horas y la hembra comienza la incubación a partir del tercero. El macho acude a veces al nido, pero no colabora en la incubación.
Alimentación
Más que ningún otro fringílido, el Pardillo Común es muy dependiente de la abundancia o escasez de semillas de plantas parásitas y gramíneas que crecen en los campos y *rastrojos. Aunque el nombre latino indica claramente que esta especie está ligada al Cáñamo, Cannabis, la realidad es que en Europa pocas oportunidades tienen de comer las semillas de esta planta. No puede hacerse aquí una valoración exacta de lo fundamental en la dieta, porque hay que tener en cuenta el especial biotopo de cada población de pardillos., Rumex, Sinapis, Carduus, etc., están entre las plantas que proporcionan la mayor parte de las semillas que comen los pardillos. Unas directamente de la planta, encaramándose en ella, como sucede con los cardos, y otras en el suelo, donde van formando una capa que no es precisamente muy visible a los ojos humanos, pero sí a los de estos pájaros, que en todos los campos encuentran siempre algo que comer. Adicionalmente también comen insectos, pero sobre todo sus larvas, y con ellas alimentan en los primeros días a los pollos. No es muy aficionado a comer, sin embargo, frutos de arbustos y árboles, ni siquiera los brotes de éstos.
Hábitats
El Pardillo Común es habitual en campo abierto, laderas de monte bajo, *tojares sobre todo, terrenos que han sido cultivados y están abandonados o en reposo estacional, plantaciones y viveros de árboles, *eriales, zonas de rala vegetación a alto nivel con arbustos dispersos, montañas, etc. Normalmente rehuye el arbolado denso y muy rara vez se le puede observar cerca de sotobosques, pinares, árboles caducifolios, etc. . Sin embargo, en campiña abierta utiliza con frecuencia árboles dispersos o secos como posadero, y a ellos pueden tener extraordinaria *querencia los bandos y grupos de parejas que crían en la zona. En el invierno los bandos vagan por campos costeros, *rastrojeras, marismas y terrenos agrícolas, aunque sean pequeñas huertas, viéndoseles entonces cerca de casas de campo y granjas. No son, sin embargo, tan dados a acercarse a las viviendas humanas, y las aldeas y pueblos son sobrevolados sin que jardines y parques les atraigan más que como posadero ocasional. No obstante, es pájaro común a partir del otoño en riberas y campos de las afueras de las ciudades.
Localización geográfica
Carduelis cannabina es especie abundante en Europa a todos los niveles, desde playas y dunas costeras hasta el límite de la vegetación a alturas que superan los 2.500 metros. Falta en la mitad septentrional de Escandinavia y en Islandia. En la Península Ibérica abunda en todas las regiones y superada una baja densidad, cuyas causas no se conocen, es ahora uno de los pájaros más comunes en todo el norte ibérico. En Europa, Vaurie (1959) admite una variación clinal en la coloración del plumaje y en el tamaño que va desde el Norte al Sur. Las variaciones son muy ligeras y no muy constantes. Los pardillos del área mediterránea son de tamaño menor y ligeramente más pálidos. A la vez hay considerable variación individual dentro de la población ibérica en la superficie ocupada por el color rojo de la cabeza y el pecho de los machos.
Época de reproducción y celo
No es muy espectacular la demostración que los machos efectúan ante las hembras en la época del celo. Normalmente levantan las rojas plumas del píleo a la vez que dejan colgando las alas ligeramente abiertas y la cola bien desplegada, de manera que queden bien patentes las manchas blancas de las rectrices exteriores. Juntamente con esta demostración, los machos cantan intensamente. Su voz se oye también en vuelo cuando descienden desde una altura normalmente no superior a 10 metros, manteniendo las alas rígidas hasta posarse en un arbusto bajo.
El Pardillo Común es un reproductor que madruga mucho en sus manifestaciones de celo. Algunos ya en febrero se separan de los bandos y se establecen en su territorio habitual. Si ya han criado el año anterior, vuelven al mismo lugar. Las parejas jóvenes no se alejan mucho de la zona donde nacieron, y algún joven emparejado con un adulto del año anterior puede criar exactamente en el mismo lugar donde nació.
El canto
Al volar, el Pardillo Común lanza una nota muy característica e inconfundible, que tiene quizá un sonido metálico: ¡quit-quit-quit...! Al posarse y notar peligro para su nido emite un lastimero ¡tsuiit! El canto es uno de los más ricos en notas y agradables que un pájaro nos puede deparar. Su musicalidad es tan grande que las notas aflautadas, combinadas con otras que parecen más bien interpretadas con un instrumento de cuerda, no pueden ser aquí descritas, ni siquiera en forma aproximada. Normalmente canta bien al descubierto, con preferencia sobre la rama alta de un arbusto no muy crecido, pero también lo hace en una lateral. Varios machos pueden formar un coro cerca de la colonia o bien al final del invierno, cuando ya muchos presentan evidentes señales de celo. En vuelo canta también y lo hace sostenidamente. No tiene un gran poder de transmisión, pero en la campiña silenciosa la limpieza de sus notas suple cualquier debilidad en la propagación. Alguna vez canta desde el suelo.
Lo hace durante todo el año, pero con verdadera fuerza e insistencia a partir de la segunda semana de marzo hasta finales de julio. Hay períodos en plena primavera en que el canto sufre un cierto desvanecimiento. En el verano, desde agosto hasta octubre, el canto es más esporádico, y durante el invierno, desde noviembre a primeros de enero, la mayoría de los machos se mantienen silenciosos y sólo emiten al volar su típica llamada.
|